Cuando nos encontramos en Víctimas por la Paz, cuando compartimos un mate y nuestras historias, a menudo surge una pregunta silenciosa que va más allá del ruido mediático y del clamor por el castigo. Es una pregunta que nace de la experiencia vivida en carne propia: una vez que se dicta una sentencia, una vez que el sistema judicial cierra su capítulo, ¿qué pasa con nosotros y nosotras? ¿Qué necesitamos realmente para poder seguir adelante?.
Por Diana Márquez